Muchos emprendedores dicen que les importa su cliente, pero a la hora de la verdad, se rinden demasiado pronto.
Y luego se preguntan por qué no logran cerrar ventas.
En este artículo vas a descubrir por qué insistir (sin perseguir) es una de las claves para cerrar ventas, incluso con clientes que dudan, se escapan o necesitan más tiempo para decidir.
Uno de los errores más comunes al vender es rendirse antes que el cliente.
Cuando alguien duda, no está rechazando. Está en su proceso.
Y tu trabajo no es retirarte para “no incomodar”, sino quedarte presente para acompañar y resolver.
Cerrar ventas no va de presionar, sino de aguantar más que los demás.
El problema es que muchos emprendedores confunden “insistir” con “agobiar”.
Y como no quieren parecer pesados, abandonan el seguimiento.
¿Resultado? Otro cliente se va al limbo del “lo tengo que pensar”… y tú te quedas sin venta.
Para cerrar ventas necesitas dos cosas:
✔️ Mostrarte disponible.
✔️ Ser el último en rendirte.
Una clienta estuvo 9 días preguntándome en Whatsapp:
“¿Y si no soy capaz?”, “¿Y si no vendo?”, “¿Y si esto no es para mí?”
Podría haberla ignorado. Pero respondí cada mensaje con atención y respeto. Porque entendí que simplemente sentía miedo. ¡Normal!
Entró el último día. Hoy ya ha superado los 10.000 € de facturación.
En un evento intensivo que hice en directo, un participante aguantó hasta la última pregunta, 8 horas después.
Me escribió por Whatsapp:
“Solo por ver cómo seguías ahí resolviendo dudas cuando todos ya se habían ido y después de tantas horas manteniendo la energía, decidí entrar a la mentoría.”
No fue la oferta. Fue mi presencia lo que le animó a decidirse.
Un clásico. Dijo “Sé que algún día trabajaremos juntas. Pero este no es el momento”.
Seguimos en contacto, le hacía seguimiento periódicamente y en uno de esos Whatsapps fue el clic.
Entró.
Insistir no es escribir todos los días con emojis. Es estar presente, disponible, y aportar valor aunque el cliente aún no haya decidido.
Respeta su decisión, pero cierra bien:
“De acuerdo. Si cambias de opinión, estaré encantada de hablar de nuevo contigo.”
A veces eso reabre puertas.
Si lo ves como algo agotador, es normal que te sabotees.
Automatiza lo que puedas (secuencias, contenido, preguntas frecuentes). Y guarda tu energía para los que están realmente cerca de decidir.
Sí, pero son minoría. La mayoría necesita acompañamiento hasta el final para cerrar ventas.
No lo tomes como algo personal. No lo es.
Cada “no” te entrena.
Y cada vez estás más cerca de cerrar ventas con seguridad y sin drama.
Decir que te importa tu cliente suena bien. Pero lo que lo demuestra es no rendirte cuando duda.
Las ventas no las cierra el más agresivo. Las cierra el que más aguanta, más escucha y más resuelve.
Así que la próxima vez que un posible cliente dude… no salgas corriendo. Quédate.
Porque los que se quedan, ganan.
Aquí meter todo el texto de la política de privacidad….